Las lágrimas artificiales sin conservantes son una de las mayores innovaciones en este mundillo farmacéutico desde que se comenzaron a comercializar colirios de lágrimas artificiales de alcohol polivinílico allá por los años 60 del siglo pasado.
A continuación vamos a pasar a explicarte algunas de las propiedades y características más importantes de las lágrimas artificiales sin preservantes y su aportación a la salud a lo largo de los años.
Contenidos
Propiedades de las lágrimas artificiales sin conservantes
La lágrimas artificiales libres de conservantes han supuesto una revolución farmacéutica y una gran ventaja para los clientes, ya que estos se están beneficiando de un tipo de lágrima que no va a dañar sus ojos tal y como podría hacerlo un colirio con conservantes.
Una manera eficaz para combatir el molesto y a veces incapacitante síndrome de ojo seco.
Las lágrimas artificiales sin conservantes no dañan la película precorneal, no almacenan depósitos y además reducen el fracaso adaptativo por intolerancia ocular. Esto último ha beneficiado en gran medida a usuarios que padecen de ojo seco crónico y son habituales del uso de lágrimas.
Todo un avance para los que sufrimos este tipo de trastornos y no podemos vivir sin la aplicación de lágrimas artificiales en nuestros ojos 🙂
Es importante recordar que los conservantes y los fosfatos que componen las lágrimas artificiales más antiguas pueden dañar la superficie ocular con pequeñas costras o depósitos.
Sistemas de conservación
Actualmente podemos encontrar en el mercado dos tipos de sistemas de conservación de las lágrimas artificiales sin conservantes, el sistema de lágrimas monodosis y el sistema multidosis.
Sistemas monodosis
El sistema monodosis es el pionero en esto de las lágrimas sin conservantes y aunque en sus comienzos supuso una auténtica revolución, no dejaba de ser algo molesto para las personas que deben aplicarse lágrimas artificiales de manera crónica.

Este sistema monodosis es realmente útil si vas a salir de casa por un corto espacio de tiempo como para hacer la compra o para hacer deporte, pero si lo tuyo es la aplicación más continuada de lágrimas, lo mejor (y además más económico a la larga) es el uso de envases multidosis con sistemas para la protección del producto.
Otro problema de los envases monodosis es que normalmente incluyen una cantidad algo superior de lágrima de la que se necesita para una sola aplicación, por lo que tienes que volver a «tapar» el envase de alguna forma para poder volver a usarlo.
Aunque hoy en día la mayoría de envases de lágrimas artificiales monodosis incluyen una tapón de conservación bastante eficiente, el problema reside en que éste ya está abierto y debemos mantener la higiene del mismo de la mejor manera posible.
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Sistemas multidosis
La gran novedad del mercado en los últimos años han sido los sistemas de conservación de lágrimas artificiales sin conservantes en multidosis. Estos sistemas protegen todo el conjunto mediante un filtro esterilizante de nylon, poliamida, citrato, borato, etc.
Entre los sistemas de conservación pioneros y que más adeptos tienen del mercado destacan el sistema ABAK de los laboratorios Théa y el sistema COMOD de los laboratorios Brill Pharma.
Ambos sistemas se basan en la conservación del líquido del envase mediante un área del gotero especial que cuenta con un filtro (ya sea de citrato, borato, etc) que impide el paso de los gérmenes al interior del mismo.
Estos envases dejan salir el líquido que contienen pero en ningún caso dejan entrar las bacterias que los degradan y contaminan. Toda una innovación.
Por su parte el sistema ABAK facilita la conservación de las lágrimas hasta 3 meses, mientras que el sistema COMOD puede usarse por un periodo de hasta 6 meses. Otra de las ventajas de este último es que además su aplicador proporciona siempre la misma cantidad de gota a la misma velocidad. Un plus para los que debemos aplicarnos unas cuantas gotas al día.

En estos últimos años también han aparecido en el mercado lágrimas artificiales con una pequeña cantidad de conservantes que supuestamente se evapora al contacto con el ojo. Un ejemplo de este tipo de lágrimas son las Optava Fusion de Allergan.
Listado de lágrimas artificiales sin conservantes
El número de compañías farmacéuticas que producen lágrimas artificiales sin conservantes va en aumento.
Cada vez son más las marcas que se suman a esta nueva corriente, mucho más saludable para nuestros ojos, de no incluir ningún tipo de conservante o excipiente en las fórmulas de sus lágrimas artificiales para combatir el ojo seco y otro tipo de problemas oculares.
En estos momentos en nuestra tienda de lágrimas artificiales contamos con lágrimas 100% libres de cualquier conservante o preservante de las marcas Brill Pharma, Laboratorios Thea y Brudylab. Tanto en multidosis con tampón o filtro estéril como en unidosis.
Por su parte los laboratorios Alcon y Allergan también producen algunas de sus lágrimas sin conservantes, pero otras contienen una mínima dosis de excipiente que no las hace 100% libres de conservantes.
Brill Pharma | Sin conservantes |
Laboratorios Thea | Sin conservantes |
Brudylab | Sin conservantes |
Nicox | Sin conservantes |
Suero fisiológico monodosis | Sin conservantes |
Alcon | Depende de la formulación |
Allergan | Depende de la formulación |
Bausch&Lomb | Depende de la formulación |
Optrex | Depende de la formulación |
En caso de duda, lo mejor es acudir a su oftalmólogo o preguntar en su farmacia de confianza. Además es muy importante leer detenidamente los prospectos de cada una de las marcas de lágrimas artificiales antes de su aplicación en la zona ocular.
Si, por otro lado, lo que estás buscando son las mejores lágrimas artificiales del mercado también puedes encontrar toda la información siguiendo el enlace anterior.
Conclusiones
Desde esta Web, Lágrimas Artificiales, recomendamos encarecidamente no usar colirios con conservantes y siempre elegir las soluciones sin conservantes. Sobre todo si eres un usuario habitual de lágrimas artificiales.
Dicho esto, un colirio con conservantes no va a suponer daños para la superficie corneal siempre y cuando no se aplique dicho colirio más de tres o cuatro veces al día, de una manera puntual y cuando además no exista un daño ocular grave como por ejemplo el que puede causar una cirugía refractiva.
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